La Edad Antigua
La
Edad Antigua es un periodo que se extiende desde el año 2.5000 a. C. hasta el
476 d.C. Dicho periodo resulta muy importante para el transcurso de nuestra
historia, ya que durante su transcurso se desarrollaron las primeras sociedades
complejas.
Estas
primeras civilizaciones complejas se desarrollaron en el espacio geográfico
denominado Oriente Próximo, concretamente entre los ríos Tigris y Éufrates.
Destacan dos grandes civilizaciones, conocidas como civilizaciones de los ríos.
Estas civilizaciones eran Mesopotamia y Egipto. La primera de estas civilizaciones
se desarrolló junto a dos grandes ríos, Tigris y Éufrates. Esta civilización
destacó por diferentes sistemas de gobierno, las cuales las podemos agrupar en
tres etapas distintas. En primer lugar, la primera etapa, que va desde el año
3.500 a.C. hasta el 1.900 a.C., está constituida por los Sumerios, quienes
tenían una cultura avanzada llegando a desarrollar la escritura y controlando
las crecidas de los ríos, y los Acadios, quienes conquistaron Sumer y unificaron
los pueblos de los Sumerios y los Acadios. En segundo lugar, la segunda etapa,
que va desde el año 1900 a.C. hasta el 600 a.C., fue el periodo más convulso.
Dicho periodo fue protagonizado por el pueblo de los Babilonios, que unificó
todos los pueblos de Mesopotamia, y de los Asirios, pueblo cruel y de tradición
violenta. Finalmente la tercera etapa se caracteriza por la entrada de los
pueblos del norte.
Por
lo concierne a Egipto, esta civilización nació a orillas de río Nilo, el cual
se desbordaba e inundaba las tierras negras, aptas para el cultivo. Esta
civilización se dividía en dos grandes zonas, delta (bajo Egipto) y valle (alto
Egipto). El pueblo egipcio tenía una estructura social piramidal, donde el rey
ocupaba la cúspide, y una forma de gobierno teocrática. Además de esto esta
civilización tenía una religión y creencias complejas, donde existían una gran
cantidad de dioses, con los cuales se explicaban lo que ocurría a su alrededor
y a los cuales veneraban en los templos.
Mientras
tanto, en Europa destacan otras dos grandes cuturas: Grecia y Roma. La primera
de estas culturas, Grecia, se desarrolló en la península Balcánica, en la costa
occidental de Asia Menor y en las islas del Mar Egeo. Se organizaba en polis o
ciudades-estados, que compartían cultura y religión pero cada una de ellas
tenía una política independiente. Además de esto, la sociedad griega se
caracterizaba por un sistema económico basado en la agricultura, la minería y
un fuerte comercio que favoreció su extensión territorial, una sociedad basada en hombres libres
(aristócratas y demos) y hombres libres, un sistema político que cambió de la
monarquía a la democracia, en la que se distinguían diferentes instituciones,
entre ellas la asamblea y el senado. Por lo que respecta a la religión, ésta,
al igual que en la civilización egipcia, era politeísta donde destacan dioses
mayores, dioses menores y héroes. Finalmente, también cabe destacar que esta
civilización desarrolló muchos aspectos culturales, arquitectónicos y
artísticos.
Por
otro lado, la civilización romana de origen latino surge ve incrementada su
riqueza tras la conquista de los etruscos, quienes establecieron un periodo de
monarquías que duró un total de siete reinados. Tras este breve periodo, el imperio
romano estableció como sistema político la república, la cual mantenía un
equilibrio entre instituciones como los magistrados, comicios y el senado. Este
sistema político se sostiene hasta que, tras el gobierno de Julio Cesar, se
inicia una guerra civil en la que accede al poder Octavio Augusto estableciendo
la civilización romana como un imperio, en el que los gobiernos se
caracterizaban por ser autocráticos y comenzando un proceso de romanización.
Por lo que respecta a su estructura social, ésta se dividía en hombres libres
(patricios y plebe) y esclavos. Además de todo esto, es destacable que la
religión romana era politeísta hasta el gobierno de Constantino, quien instauró
el cristianismo con el Edicto de Milán. Finalmente, tras el gobierno de Teodosio,
el imperio entra en crisis y se divide en dos, cayendo Roma en el año 476 d.C.
por la incursión de los pueblos bárbaros.